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Extracto:Un nuevo estudio sobre más de 650.000 bebés no encuentra ninguna relación entre las vacunas del sarampión, la rubéola y las paperas con el autismo.
Un nuevo estudio ha encontrado que no existe relación entre las vacunas del sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) con el autismo.
Investigadores daneses del Statens Serum Institut en Dinamarca han analizado a un total de 657.461 bebés nacidos entre 1999 y 2010 examinándoles durante 13 años.
Los resultados muestran que no puede establecerse una relación entre las vacunas y el autismo.
La renuncia a las vacunas se ha convertido ya en una de las mayores amenazas para la salud mundial en 2019 de acuerdo a la OMS.
Un nuevo estudio ha encontrado que no existe relación entre las vacunas del sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) con el autismo.
Con el objetivo de desentrañar la existencia real de una relación entre las vacunas y una discapacidad en el desarrollode los menores vacunados, investigadores daneses del Statens Serum Institut en Dinamarca han analizado a un total de 657.461 bebés nacidos entre 1999 y 2010 examinándoles durante 13 años.
Los resultados —publicados este lunes 4 de marzo en el Annals of Internal Medicine— muestran que no puede establecerse una relación entre las vacunas y el autismo. De acuerdo a las conclusiones, la tasa de niños vacunados del sarampión, las paperas y la rubéola(MMR) que desarrollaron autismo no era significativamente diferente a los que lo desarrollaron sin haber sido vacunados.
La investigación también llevó a cabo un estudio concreto de los niños que podrían estar en mayor riesgo de desarrollar el trastorno, —familias con hermanos con autismo, u otros factores de riesgo para el autismo—. sin detectar una tasa mayor del síndrome entre estos niños.
Los investigadores además estudiaron los diagnósticos de autismo detectados, encontrando que no existía una agrupación de estos poco después de una vacuna MMR. Tampoco encontraron una tasa mayor de autismo entre los niños que recibieron otro tipo de vacunas infantiles.
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La renuncia a las vacunas, una amenaza global
Desde hace tiempo un movimiento antivacunas generalizado en todo el mundo ha iniciado un proceso de negativa de vacunación de los menores, aludiendo que cierto tipo de vacunas como las relativas al sarampión, las paperas, la rubéola (MMR) podían causar autismo.
El origen de todo proviene de un artículo elaborado por A. Andrew Wakefield hace más de 20 años, en el que establecía un hipotético vínculo entre estas vacunas y el autismo. Desde entonces el artículo ha sido desmentido numerosas veces desde entonces e incluso desacreditado por cuestiones metodológicas hasta el punto de que la licencia médica de Wakefield fue también retirada. Pero esto no ha servido para acallar a un movimiento que cada vez tiene más fuerza, impulsado por los bulos en las redes sociales.
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De acuerdo a la OMS, la vacunación es una de las formas más eficaces de evitar enfermedades y muertes actualmente. Según sus cifras, las vacunas previenen actualmente entre 2 y 3 millones de muertes al año. Pero el movimiento antivacuna que ha comenzado a extenderse por el mundo podría llevar a ciertas regiones a tener que luchar con enfermedades que hoy en día están prácticamente erradicadas. Los casos de sarampión,de acuerdo a la OMS, han experimentado un aumento del 30% a nivel mundial. Tal es el punto que la renuencia contra las vacunas se ha convertido una de las mayores amenazas para la salud mundial en 2019 para este organismo.
Ahora este estudio supone una evidencia más la ausencia de relación entre las vacunas y el autismo. Los investigadores daneses que han formado parte de la investigación ya participaban en un estudio anterior, publicado en New England Journal of Medicine en 2002, donde se analizaron a 537.303 niños nacidos entre 1991 y 1998 mostrando “pruebas sólidas contra la hipótesis de que la vacunación MMR provoca autismo”.
Unas conclusiones en línea con las determinadas en el estudio actual: “La vacuna MMR no aumenta el riesgo de autismo, no desencadena el autismo en niños susceptibles y no se asocia con la agrupación de casos de autismo después de la vacunación”.
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