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Extracto:Independentistas catalanes, envueltos en esteladas, se congregaban el miércoles en Barcelona en un gran acto en el que reclamaban la independencia de España y la liberación de los lídere
Por Joan Faus y Ingrid Melander
BARCELONA (Reuters) - Independentistas catalanes, envueltos en esteladas, se congregaban el miércoles en Barcelona en un gran acto en el que reclamaban la independencia de España y la liberación de los líderes encarcelados.
Como cada 11 de septiembre, día de conmemoración de la Diada en Cataluña, desde 2012 se han celebrado masivas concentraciones independentistas.
La magnitud y el tono reivindicativo del evento de este año servirán de indicador de la fuerza del movimiento independentista, dos años después de desatar la mayor crisis política del país en décadas y la consecuente represión del Gobierno.
Así mismo, este es un momento crucial en el que la propia política nacional está en crisis.
Además, la Diada de este año se produce antes de que el Tribunal Supremo se pronuncia, probablemente en octubre, sobre el papel que tuvieron 12 líderes catalanes, nueve de ellos en prisión provisional, en el referéndum de independencia y la declaración de independencia de 2017.
“Venimos un poco enfadados, bastante, porque tenemos nueve políticos en la cárcel por habernos dejado votar”, dijo Monsterrat Balaguer Selga, de 66 años, una enfermera jubilada que votó a favor de la independencia en el referéndum de 2017, a la espera de la manifestación que tendrá lugar en el centro de Barcelona a última hora de la tarde.
“Queremos la independencia”, dijo Maria Antichillimos, de 17 años, con una Estelada sobre los hombros. “No nos cansaremos (en venir cada año) porque lo tenemos muy claro, sabemos lo que queremos y vamos a luchar por ello”.
La policía bloqueó la entrada al Parlamento catalán cuando se acercaron algunos manifestantes con pancartas independentistas.
Los organizadores dijeron que esperaban que cientos de miles de personas participaran en la concentración, y los líderes independentistas dijeron que otro referéndum ilegal seguía siendo una opción política.
“NUNCA SE RINDEN”
En 2017, los líderes catalanes desafiaron la prohibición judicial al llevar a cabo el referéndum independentista. La policía blandió las porras contra las multitudes que querían votar e impulsó al entonces Gobierno conservador del Partido Popular a suspender el autogobierno de la región e imponer un gobierno directo desde Madrid.
Los fiscales piden sentencias de 7 a 25 años, esta última solo para el líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras. Se enfrentan a cargos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos.
“El Estado lo que pretende con esta condena es descabezar a un movimiento pacífico y, cómo no puede detener a 2 millones de ciudadanos, nos encierra a nosotros”, dijo Junqueras, de 50 años, en una entrevista escrita.
Preguntado si descartaría actuar unilateralmente de nuevo, Junqueras, respondiendo a las preguntas de Reuters, dijo: “No podemos descartar ninguna que sea democrática y pacífica”.
Otro de los líderes separatistas encarcelado, Jordi Cuixart, dijo en Twitter: “Nunca renunciaremos a ser libres”.
“Lo haremos de nuevo”, dijo, utilizando lo que se ha convertido en un eslogan independentista que hace referencia al referéndum de 2017 y a la declaración unilateral de independencia.
Sin embargo, hay crecientes divisiones entre los independentistas sobre cuáles deberían ser los próximos pasos a dar. Algunos de los presentes en la Diada expresaron su desesperación con los políticos independentistas.
“No creo en los políticos”, dijo Cristina Montero, de 52 años, que estaba acompañada de su pareja y su hijo adolescente. “Creo en el sentimiento de la gente que está aquí”.
De una forma u otra, el fallo del Tribunal Supremo, que se espera para la primera quincena de octubre, probablemente marcará un antes y un después para un movimiento que todavía influye en la política nacional.
Los políticos españoles y catalanes mostraron el miércoles sus diferentes visiones sobre la Diada, que conmemora el aniversario de la defensa de Barcelona ante las tropas españolas en 1714.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, dijo que llegase el día en que la Diada no solo se la fiesta de una “parte de las catalanas”, refiriéndose a los independentistas.
Sin embargo, Carles Puigdemont, ex presidente de la Generalitat de Cataluña, que huyó a Bélgica tras el fracaso del intento separatista, dijo: “Hoy demostraremos de nuevo al mundo que persistimos a pesar de la represión, que tenemos derecho a vivir en paz y libertad, y que nadie puede decidir por nosotros nuestro futuro”, afirmó.
Una encuesta publicada en julio por un instituto público catalán mostró que el apoyo a una Cataluña independiente está en su nivel más bajo en dos años, con un 48,3% de personas en contra y un 44% a favor.
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